¿Cuánto tiempo se necesita para ver Ibiza? Guía práctica para aprovechar tu visita
¿Cuánto tiempo se necesita para ver Ibiza? No es una pregunta fácil de responder, porque Ibiza no es solo una isla: es una experiencia. Puedes pasar una semana y aún sentir que apenas rozaste su superficie. O puedes llegar con un plan claro y vivirla en tres días como si hubieras estado allí toda la vida. Lo que sí es seguro: si solo piensas en sus playas y discotecas, te estás perdiendo lo mejor.
¿Qué puedes hacer en Ibiza en 3 días?
Si tienes solo tres días, enfócate en lo esencial. Llega el primer día y ve directo a Ibiza Town. Camina por las calles blancas de Dalt Vila, la ciudad amurallada patrimonio de la UNESCO. Sube hasta el mirador de la catedral y mira el atardecer sobre el mar. No te saltes la cena en un restaurante pequeño cerca de la plaza de la Catedral: prueba las esqueixades (ensalada de bacalao) y un vino blanco de la isla.
El segundo día, alquila un coche o usa un taxi para ir a las playas del norte. Cala Comte es famosa por su arena blanca y el agua turquesa, pero llega antes de las 11 a.m. si quieres espacio. Después, sigue a Cala Jondal, donde puedes almorzar en un chiringuito con vistas a las rocas y el mar. Por la tarde, haz una parada en Es Cubells, un pueblo de pescadores con una iglesia blanca y un ambiente tranquilo. No te vayas sin probar el flaó, un postre típico de queso y menta.
El tercer día, haz una excursión en barco. No necesitas un yate de lujo: hay salidas desde San Antonio con grupos pequeños que te llevan a cuevas, calas escondidas y puntos de buceo. Luego, regresa a Ibiza Town para una última copa en un rooftop con música en directo. Así terminas con el sabor de la isla, no con el ruido.
¿Y si tienes una semana?
Una semana cambia todo. Ahora puedes respirar. Puedes dejar el ritmo acelerado y entrar en el ritmo ibicenco: despacio, con sol, con sal y con música de fondo.
El día 4, ve al sur. Las playas de Cala d’Hort y Ses Salines son menos concurridas y más naturales. Sube al mirador de Sa Talaia, el punto más alto del sur, y mira hacia Formentera. Si el cielo está limpio, ves la isla como un espejo en el horizonte. Aquí, el silencio es tan poderoso como el mar.
El día 5, explora el interior. No muchos turistas lo hacen, pero Ibiza tiene pueblos blancos que parecen sacados de una pintura. Santa Eulària des Riu tiene mercadillos de artesanía y terrazas con sombrillas de paja. San José tiene una iglesia de 1720 y un mercado de productos locales cada jueves. Prueba el queso de cabra ibicenco, el aceite de oliva con sabor a hierbas y el vino de la bodega Can Roca.
El día 6, haz una excursión a Formentera. El ferry sale cada hora desde La Savina (al sur de Ibiza) y tarda 25 minutos. Formentera no tiene semáforos, ni discotecas, ni tiendas de lujo. Solo playas de arena blanca, bicicletas y restaurantes que sirven pescado recién pescado. Almuerza en Es Pujols y pasea por La Mola, el faro más antiguo de la isla.
El día 7, dedícalo a ti. Puedes hacer yoga en una playa, leer bajo un pino en Cala Bassa, o simplemente sentarte en un bar de San Antonio y mirar cómo el sol se mete en el mar. No hay nada que debas ver en Ibiza. Solo hay cosas que debes sentir.
¿Cuánto tiempo es suficiente para una primera visita?
La respuesta corta: 3 días. La respuesta honesta: 5 días.
Con tres días, ves lo que todos ven: las playas, el centro histórico, las discotecas. Pero con cinco, empiezas a ver lo que pocos ven: la vida real de los isleños. El pan que hornean en los hornos de piedra. El pescador que vende su captura en el muelle antes del amanecer. El músico que toca el flabiol en una plaza sin esperar propina.
La mayoría de los viajeros se van después de una semana, pero si puedes quedarte 10 días, te darás cuenta de que Ibiza no es un destino. Es un estado de ánimo. Cambia de ritmo según la hora del día. Por la mañana es tranquila, por la tarde es festiva, y por la noche… es otra isla.
¿Cuándo es el mejor momento para ir?
La temporada alta es de junio a septiembre. Las playas están llenas, los bares abren hasta el amanecer, y los precios se disparan. Si quieres ver Ibiza sin el caos, ve en mayo o octubre. El clima sigue siendo cálido (22-28°C), las playas están casi vacías, y los restaurantes te atienden como si fueras un amigo.
En mayo, los campos de lavanda están en flor. En octubre, los pescadores traen la mejor pesca del año. Y los bares que cerraron en septiembre vuelven a abrir para los locales. Es la época en que Ibiza recupera su alma.
¿Qué no debes hacer en Ibiza?
No vayas solo por la noche. Si te quedas en una discoteca hasta las 6 a.m., no verás nada de la isla. La vida real de Ibiza empieza antes del sol.
No te creas que todo es caro. Sí, hay restaurantes de lujo, pero también hay mercados locales donde puedes comer bien por 10 euros. Prueba el pa amb tomàquet en un puesto de la plaza de Santa Eulària.
No ignores el interior. La mayoría de los turistas se quedan en la costa. Pero la verdadera Ibiza está en las colinas, entre los olivos y los muros de piedra seca.
No compres souvenirs en la calle. Los típicos sombreros y llaveros de plástico no son de Ibiza. Busca cerámica hecha a mano en San Juan o tejidos de lana en Sant Antoni.
¿Necesitas alquilar un yate?
No. Pero si quieres ver Ibiza desde el mar, sí.
Un yate no es necesario, pero sí transformador. Con un barco de 8 metros, puedes llegar a calas que ni los autobuses alcanzan. Puedes nadar en aguas transparentes, comer en una isla desierta, y ver el atardecer sin nadie alrededor. No necesitas un yate de 30 metros. Un alquiler de medio día con tripulación te da todo lo que necesitas: privacidad, libertad y una vista que no olvidarás.
Los precios varían: desde 300 euros por medio día hasta 2.000 euros por un día completo. Si viajas en grupo, se vuelve económico. Y si lo haces en mayo o septiembre, los precios bajan hasta un 40%.
¿Qué te llevas de Ibiza?
No te llevas solo fotos. Te llevas el sonido de las campanas de una iglesia en la montaña. El sabor del vino hecho con uvas que crecen en suelo salino. La sensación de caminar por una calle sin coches, solo con el viento y el olor a salvia.
Ibiza no te da lo que buscas. Te da lo que necesitas: un momento de calma, una conexión con la naturaleza, un recuerdo que no se borra con el tiempo.
No importa cuántos días tengas. Lo importante es cómo los usas. Si los llenas de prisas, te irás con la cabeza llena de ruido. Si los llenas de silencio, te irás con el alma llena de luz.
¿Cuántos días son suficientes para ver Ibiza por primera vez?
Tres días son suficientes para ver lo esencial: Ibiza Town, las playas más famosas y un atardecer en el mar. Pero si quieres vivir la isla, no solo verla, cinco días son ideales. Con cinco días, puedes explorar el interior, visitar Formentera y disfrutar de la vida local sin prisas.
¿Es mejor ir a Ibiza en verano o en primavera/otoño?
Si quieres playas llenas y discotecas abiertas, ve en julio o agosto. Pero si quieres calma, precios más bajos y autenticidad, ve en mayo o octubre. El clima es casi igual, pero la isla respira. Los locales están más disponibles, los restaurantes te tratan mejor, y las calas están vacías. Es la mejor manera de conocer la verdadera Ibiza.
¿Se puede ver Ibiza sin coche?
Sí, pero con limitaciones. Ibiza Town, San Antonio y algunas playas cercanas se pueden recorrer con autobuses o taxis. Pero para llegar a Cala Jondal, Cala Comte, Es Cubells o el interior de la isla, necesitas un coche, una moto o una excursión organizada. Sin transporte propio, te pierdes la mayor parte de la isla.
¿Cuánto cuesta una excursión en yate por Ibiza?
Una excursión de medio día en un barco de 8 a 10 metros, con tripulación y equipo de snorkel, cuesta entre 300 y 600 euros. Si lo haces en grupo de 4 a 6 personas, el precio por persona baja a 50-100 euros. En temporada baja (mayo y octubre), puedes encontrar ofertas hasta un 40% más baratas. No necesitas un yate de lujo: lo que importa es el acceso a las calas escondidas.
¿Qué comida no te puedes perder en Ibiza?
No te pierdas el pa amb tomàquet (pan con tomate y ajo), las esqueixades (ensalada de bacalao), el flaó (postre de queso y menta), y el pescado fresco de la pesca local. También prueba el queso de cabra ibicenco, el vino de la bodega Can Roca y el licor de hierbas. Todo esto lo encuentras en mercados locales o en restaurantes familiares, no en los sitios turísticos.