Contaminación farmacéutica: qué es y cómo evitarla cuando viajas
Cada año se detectan restos de medicamentos en ríos, costas y acuíferos. No es ciencia ficción: son fármacos que llegan al medio ambiente por excreciones, entregas industriales y por tirar pastillas o jarabes por el váter o el fregadero. Esto altera la fauna acuática, favorece la resistencia a antibióticos y puede afectar la calidad del agua en destinos que visitas.
Cómo afectan los medicamentos al agua y al entorno
Los antibióticos, hormonas y analgésicos no desaparecen al pasar por depuradoras convencionales. Los antibióticos pueden cambiar la microbiota del agua y facilitar bacterias resistentes. Las hormonas y algunos antiinflamatorios alteran la reproducción de peces y otros organismos. En zonas costeras frecuentadas por turistas, la suma de residuos locales y de visitantes puede empeorar la calidad del agua y poner en riesgo actividades como la pesca o el buceo.
Cuando viajas, es fácil descuidar cómo deshacerte de medicamentos sobrantes: se deja un blíster en la habitación, se vacía un bote en el lavabo o se tira un jarabe con agua. Esas acciones suman. Además, en rutas rurales o islas pequeñas las depuradoras suelen ser menos eficientes, así que el impacto local puede ser mayor.
Qué puedes hacer: medidas prácticas y rápidas
No hace falta ser experto para reducir tu huella farmacéutica. Aquí tienes pasos que funcionan y son fáciles de aplicar:
- Lleva solo lo necesario: planifica la medicación antes del viaje. Evita llevar envases grandes si solo necesitas unos días.
- No tires medicamentos por el váter ni por el fregadero: aunque parezca cómodo, es una de las vías principales de contaminación.
- Usa puntos SIGRE o entrega en la farmacia: en España las farmacias suelen recoger medicamentos sobrantes a través del sistema SIGRE. Guárralos en su envase y llévalos al volver si no encuentras un punto en tu destino.
- Consulta al personal del alojamiento: pregunta si tienen protocolo para residuos farmacéuticos. Muchos hostales y hoteles pueden indicar la farmacia más cercana o aceptar que devuelvas el resto al hacer el check-out.
- Si estás en zonas remotas: guarda los medicamentos sobrantes en un contenedor cerrado y devuélvelos a la farmacia en la ciudad más cercana. No los quemes ni los dejes en la naturaleza.
- Evita automedicación innecesaria: pedir consejo a un farmacéutico o a un médico local reduce el riesgo de llevar fármacos que luego tendrás que desechar.
Si practicas actividades acuáticas, recuerda que mejorar la calidad del agua empieza también por pequeños gestos: no verter sustancias al mar y preferir productos biodegradables cuando sea posible. Como viajero tienes poder: planificar y desechar correctamente medicamentos protege los ecosistemas que visitas y reduce problemas de salud pública.
Actúa hoy: revisa tu botiquín antes de salir, guarda los sobrantes y entrégalos en la farmacia. Es un gesto simple que cuida destinos y evita que tus medicinas acaben en el agua.
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