Vitaminas para la inmunidad: cómo fortalecer tu defensa natural
Si sientes que te resfrías a cada rato, la solución no siempre está en el médico. A veces basta con asegurarte de que tu cuerpo recibe los nutrientes que necesita para defenderse. En este artículo te digo, de forma clara y práctica, qué vitaminas y minerales son clave para la inmunidad y cómo incorporarlos sin complicaciones.
Alimentos ricos en vitaminas clave
La vitamina C es la más conocida cuando se habla de defensa. Citrus, fresas, kiwi y pimientos rojos son fuentes fáciles de encontrar. Una taza de fresas te aporta casi el 100 % de la cantidad diaria recomendada, así que incluir un puñado en el desayuno ya hace una gran diferencia.
Otro jugador importante es la vitamina D. Se produce cuando la piel se expone al sol, pero la mayoría de la gente no recibe suficiente luz solar, sobre todo en invierno. Consumir pescados grasos como el salmón, la caballa o los huevos fortificados ayuda a mantener niveles adecuados. Si vives en una zona con poca luz, considera un suplemento de vitamina D bajo control médico.
El zinc es esencial para que las células inmunes funcionen bien. Carnes magras, legumbres, semillas de calabaza y nueces la contienen. Un puñado de semillas de calabaza en la merienda o unas lentejas en la cena aportan la cantidad necesaria.
Por último, la vitamina A, que protege las mucosas del aparato respiratorio. Zanahorias, batata y espinacas la ofrecen en forma de betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A cuando lo necesita. Un batido verde con espinacas y un trozo de zanahoria rallada es una forma sencilla de incorporarla.
Suplementos: cuándo y cómo tomarlos
Los suplementos pueden ser útiles, pero no son una solución mágica. Úsalos cuando tu dieta sea insuficiente o cuando estés bajo estrés, ejercicio intenso o enfermedad. Un multivitamínico que incluya C, D y zinc cubre la mayoría de carencias, pero siempre revisa la dosis para no excederte.
La vitamina C se tolera bien en dosis de 500 mg a 1 g al día, pero más de eso no mejora la protección y puede causar malestar estomacal. Si decides tomarla, es mejor dividirla en dos tomas (mañana y tarde) y acompañarla con alimentos.
La vitamina D se suele recomendar en 800‑2000 UI diarios, según la edad y la exposición solar. Un exceso puede ser tóxico, así que hazte un análisis de sangre antes de iniciar una suplementación alta.
El zinc se recomienda en 15‑30 mg al día, nunca más de 40 mg, porque en exceso puede interferir con la absorción de cobre. Tómalo con el estómago vacío para una mejor absorción, pero si te irrita, pásalo con una comida ligera.
En resumen, la mejor defensa es una dieta variada, rica en frutas, verduras, pescado y legumbres. Añade suplementos solo cuando sea necesario y bajo supervisión. Así tu cuerpo tendrá las herramientas que necesita para enfrentar virus y bacterias sin que tengas que pasar frío constantemente.
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