¿Vale la pena aprender a cocinar? La razón real por la que millones de personas en España lo están haciendo

¿Vale la pena aprender a cocinar? La razón real por la que millones de personas en España lo están haciendo
9 diciembre 2025 0 Comentarios Iñigo Ortellado

¿Alguna vez has mirado tu nevera y pensado: otra vez esto? Pan duro, verduras marchitas, una lata de tomate que lleva tres meses ahí. Y luego ves en las redes cómo alguien prepara una paella con los ojos cerrados, o cómo un amigo hace tortilla de patatas tan perfecta que parece sacada de un restaurante de tres estrellas. Y te preguntas: ¿vale la pena aprender a cocinar?

Es más barato de lo que crees

Comer fuera todos los días te cuesta al menos 15 euros por comida. Eso son 450 euros al mes. Cocinar en casa, incluso con ingredientes de calidad, te sale por menos de la mitad. En Bilbao, un kilo de merluza fresca cuesta unos 12 euros. Con eso haces cuatro raciones de merluza a la vizcaína. Fuera, te cobrarían 25 euros por un plato igual. Y no hablamos de los snacks, los refrescos, las propinas. Cocinar no es un lujo. Es una forma inteligente de ahorrar sin sacrificar sabor.

Una familia de cuatro personas que cocina en casa tres veces por semana gasta en promedio 180 euros al mes en alimentos. La misma familia que come fuera cinco días a la semana gasta 750 euros. La diferencia es de 570 euros al mes. Eso es un viaje a la playa en verano. O un curso de cocina en Bilbao.

Te da control sobre lo que comes

¿Cuánta sal hay en un bocadillo de tortilla comprado en una taberna? ¿Cuánto aceite de palma lleva la salsa de tomate que compras en el supermercado? ¿Sabes si esa “carne de cerdo” que te sirven en la cafetería es realmente cerdo o una mezcla de otros animales?

Cuando cocinas tú, lo sabes. Sabes que el aceite es de oliva virgen extra. Sabes que las patatas son de la huerta de tu vecino. Sabes que el jamón es de bellota, no de pavo. No hay ingredientes ocultos. No hay conservantes que no puedas pronunciar. Cocinar te devuelve el poder sobre tu salud. Y eso no se compra. Se aprende.

La cocina es terapia, no una obligación

No necesitas ser un chef para encontrar paz en la cocina. Cortar cebolla con calma, oler el ajo dorándose en aceite, escuchar el siseo de la paella cuando el arroz empieza a tostarse… eso no es trabajo. Es meditación. En Bilbao, muchos jóvenes que trabajan en oficinas o en startups van a cursos de cocina los sábados por la mañana. No porque quieran abrir un restaurante. Porque necesitan desconectar. Porque necesitan hacer algo con las manos, algo que no sea frente a una pantalla.

Un estudio de la Universidad de Barcelona en 2024 mostró que las personas que cocinan al menos tres veces por semana reportan un 32% menos de estrés crónico que las que no lo hacen. No es magia. Es el efecto de la atención plena. Cuando estás cortando pimientos, no puedes pensar en el email que te mandó tu jefe. Estás ahí. En el momento. Eso cura.

Grupo de personas compartiendo comida casera en un curso de cocina en Bilbao.

Aprender a cocinar no significa ser perfecto

No necesitas aprender a hacer un pote vasco como lo hace tu abuela. Ni a hacer chuletón de buey como en un asador de la Ribera. Lo que necesitas es aprender a hacer algo que te guste, que te sienta bien, y que puedas repetir sin estrés.

Empieza con tres platos. Uno de verduras. Uno de proteína. Uno de arroz o pasta. Por ejemplo: revuelto de espinacas con huevo, merluza al horno con patatas, y arroz con verduras. Hazlos una vez. Luego otra. Luego, sin receta, solo con el olfato y el gusto. Eso es cocinar. No es seguir instrucciones al pie de la letra. Es escuchar tu cuerpo y tu paladar.

Los cursos de cocina en Bilbao no están hechos para formar chefs. Están hechos para que tú, con tu ritmo, aprendas a disfrutar. Hay grupos de 6 personas. Nadie te juzga si tu tortilla se quema. Todos han tenido su primera tortilla de plástico. Y todos han aprendido.

Te conecta con la gente

La comida es el lenguaje más antiguo que tenemos para decir: te quiero. No es casual que las reuniones familiares siempre giran en torno a la mesa. Que los amigos se citan para comer, no para ver una película. Que cuando alguien está mal, le llevas una sopa.

Cocinar te permite participar en esa red. No tienes que ser el mejor. Solo tienes que estar presente. Invita a alguien a comer. Haz un plato sencillo. Pídele que te diga qué le parece. Esa conversación, mientras comes, es más valiosa que cualquier mensaje de WhatsApp.

En Bilbao, los cursos de cocina no son solo técnicos. Son sociales. Al final de cada clase, todos se sientan a comer juntos. Nadie se va con un certificado. Todos se van con una nueva amistad, o con una nueva forma de decirle a alguien: te he pensado mientras cocinaba.

Mano sosteniendo un huevo sobre una sartén, con símbolos de ahorro, paz y conexión.

No es un hobby. Es una habilidad esencial

¿Sabes qué habilidades son más valiosas en la vida? No es saber programar. No es hablar cinco idiomas. Son las que te hacen independiente. Saber cambiar un neumático. Saber arreglar un grifo. Saber leer un contrato. Y saber cocinar.

Si te quedas sin trabajo, puedes cocinar. Si te mudas a otra ciudad, puedes cocinar. Si te enfermas, puedes cocinar. Si estás solo, puedes cocinar. No necesitas permiso. No necesitas conexión a internet. No necesitas un app. Solo necesitas un cuchillo, un fuego y un poco de paciencia.

En 2025, con la inflación y la incertidumbre, cocinar no es una moda. Es una forma de resistencia. De autodeterminación. De dignidad.

¿Y si no tengo tiempo?

Entiendo. Tienes hijos, trabajo, dos empleos, cuidas a tus padres. No tienes tiempo para cocinar. Pero ¿tienes tiempo para comer?

La clave no es cocinar tres horas al día. Es cocinar 20 minutos. Una vez a la semana. Prepara un lote de arroz con verduras. Cocina dos pechugas de pollo. Guarda en recipientes. Cada día, calientas una porción. Añades una ensalada. Y listo. Tienes comida casera cinco días seguidos. Sin pedir外卖. Sin gastar 100 euros en comida rápida.

Los cursos de cocina en Bilbao enseñan esto. No te piden que seas un artista. Te piden que seas constante. Que hagas una cosa bien. Que la repitas. Que la adaptes. Que la hagas tuya.

Empieza hoy. No mañana.

No necesitas comprar una olla de hierro fundido. No necesitas una tabla de madera de 500 euros. No necesitas una lista de ingredientes exóticos. Solo necesitas:

  • Una olla pequeña
  • Un cuchillo afilado
  • Un poco de aceite de oliva
  • Una cebolla
  • Un tomate
  • Un huevo

Con eso, puedes hacer una tortilla. O una salsa. O un arroz con verduras. Hazlo hoy. No mañana. No cuando tengas más tiempo. Hazlo ahora. Mientras lees esto. Pon el cuchillo, la cebolla, el aceite. Enciende el fuego. Y empieza.

No estás aprendiendo a cocinar para impresionar. Estás aprendiendo a cuidarte. A vivir mejor. A no depender de nadie más para comer bien.

Y si en Bilbao hay un curso de cocina que te llama, ve. No por el título. Porque necesitas recordar que tú puedes. Que tú tienes el poder. Que tú puedes hacer algo con tus manos que alimenta, calma y une.

¿Vale la pena aprender a cocinar si no quiero ser chef?

Sí, y más aún si no quieres ser chef. Cocinar no es para profesionales. Es para personas que quieren comer bien, ahorrar dinero y sentirse en control de su salud. Los cursos de cocina en Bilbao están diseñados para personas normales, con vida normal, que solo quieren dejar de depender de la comida preparada.

¿Cuánto cuesta un curso de cocina en Bilbao?

Los cursos básicos de cocina española en Bilbao cuestan entre 45 y 75 euros por sesión, de 2 a 3 horas. Incluyen ingredientes, equipo y comida final. Algunos ofrecen paquetes de 4 clases por menos de 200 euros. Eso es menos de lo que gastas en dos cenas fuera. Y te queda una habilidad que nunca se pierde.

¿Qué se aprende en un curso de cocina española?

No solo recetas. Aprendes a cortar verduras sin lastimarte, a sazonar sin recetas, a cocinar con fuego lento, a usar ingredientes locales como el pimentón de La Vera, el queso manchego o el bacalao al pil-pil. También aprendes a combinar sabores, a no desperdiciar comida y a preparar platos que se pueden hacer en menos de 30 minutos.

¿Es difícil aprender a cocinar si nunca lo he hecho?

No es difícil. Es diferente. La mayoría de los que empiezan creen que necesitan talento. No es cierto. Necesitas práctica, no perfección. En los cursos, los profesores no te corrigen. Te guían. Te dicen: "prueba, ajusta, vuelve a hacerlo". El primer plato puede salir mal. El segundo, mejor. El tercero, ya lo haces sin mirar la receta.

¿Cuánto tiempo tardas en ver resultados?

En una semana. Si cocinas solo tres veces en esa semana, ya notarás que tu comida sabe mejor, que gastas menos, que te sientes más tranquilo. No necesitas meses. Necesitas empezar. Y repetir. La cocina no es una carrera. Es un hábito.