Pueblos bonitos de Aragón que tienes que visitar

¿Pensando en una escapada que te sorprenda de verdad? Los pueblos bonitos de Aragón son la fórmula perfecta si buscas tranquilidad, paisajes de película y la mejor comida casera. Aquí no hay grandes multitudes, pero sí ese ambiente auténtico y cercano que todos queremos encontrar cuando escapamos del bullicio.

Albarracín encabeza muchas listas, y no es para menos: calles empedradas, murallas medievales y vistas a los cañones del río. Pero si buscas algo menos turístico, haz una parada en Aínsa, justo donde confluyen los ríos Cinca y Ara. Su plaza mayor es de postal y, en verano, se llena de terrazas donde probar la mejor tapa de longaniza de Aragón.

No todo va de fotos bonitas. En cada pueblo encuentras rutas de senderismo fáciles de seguir y miradores donde el atardecer te deja sin palabras. Por ejemplo, Ansó y Hecho están en pleno Pirineo aragonés y son la puerta de entrada a valles y bosques que parecen de cuento. Si eres de los que disfruta la naturaleza, te lo vas a pasar en grande: sendas señalizadas, ríos perfectos para un chapuzón en verano, y esa calma absoluta que solo se encuentra lejos de la ciudad.

Quizás quieres un fin de semana gastro. Mora de Rubielos y Rubielos de Mora no solo son bonitos, también destacan por sus asados, embutidos y quesos artesanos. Reserva una casa rural y pregunta a los vecinos dónde comen ellos: seguro descubrirás alguna fonda fuera del radar con menú casero y precios razonables.

Viajar con niños también es sencillo: en pueblos como Alquézar hay pasarelas sobre el río Vero y rutas adaptadas a los más pequeños. Y si eres fan de la historia, Sos del Rey Católico te transporta al siglo XV entre castillos y plazas de piedra. Lo bueno de Aragón es que te puedes mover en coche de un pueblo a otro en menos de una hora, lo que hace fácil combinar varios en un solo viaje.

No te hace falta planearlo todo al milímetro. El secreto está en tomarte el viaje con calma, parando donde te apetezca. Empieza el día con un desayuno típico (pan con tomate y jamón, café de puchero) y deja la tarde para pasear sin rumbo, entrar en tiendas de productos locales y charlar con los del lugar. Son ellos quienes mejor te pueden recomendar cómo aprovechar el tiempo.

Los pueblos bonitos de Aragón tienen algo en común: te permiten desconectar y descubrir otra forma de viajar, más tranquila y cercana. Así que, si buscas destinos auténticos, buenos precios y experiencias que se recuerdan, elige Aragón para tu próxima ruta rural. ¿Cuál será tu primer pueblo?